La épica del siglo XXI. Comentarios sobre el texto de Giovanni Ríos "Canto Épico"

Hace más de un siglo Zaratustra anunciaba al superhombre. "El hombre es algo que debe ser superado" decía, y hoy, ese algo paralelo al superhombre parece presentarse en el fluir de la gente o de los autos en la ciudad, en un río, el río de la vida misma y la belleza de sus formaciones aleatorias, en un poeta: Giovanni Ríos.
¿Cuáles son los héroes en los albores del siglo XXI? ¿Acaso los deportistas prematuros, los actores sin un papel propio, las estrellas del pop-rnográficas, metrosexuales, narcotraficantes, presidentes borrachos, guerreros que juegan videojuegos, policias corruptos, empresarios ineptos, amas de casa sin casa, obreros desempleados? No, Definitivamente no, porque ya nadie cree en los héroes, porque nadie quiere ser héroe y ofrendarse al otro. Vivimos una época narcisista y por tanto efímera, destinada a carecer de héroes y a desaparecer.
Denuncia oculta de un mundo de aduladores del cuerpo y el alma, de pecadores arrepentidos, de pescadores de pecadores e inocentes, revelación de un cosmos al que no se pertenece, el poeta Giovanni Ríos crea otra realidad, otros universos y a la vez se provoca su propio nacimiento, aclarando que es nacer en él significa entrar al mundo de la ilusión despierto. Giovanni nace al teatro cruel donde el sueño, el progreso y el kitsch son la locura.
Desde su niñez se rebela a los reparadores de almas, profesión innecesaria porque no existen almas que reparar. Constantemente metido en una especie de autismo, en determinados momentos, el poeta afirma cosas, pero se reserva las explicaciones a tales afirmaciones, dejando que el lector lo explique por sí mismo. Más de uno lo tildará de demente.
La humanidad no perdona su propia falta de entendimiento y por eso opta por exiliar a aquellos a los que no entiende. Giovanni, el escritor, es uno de esos seres condenado al exilio; sabe que no sabe nada y que la educación no educa ni enseña, que no se trata de enseñanza, sino de aprendizaje, y el aprendizaje es individual.
La existencia del poeta de trapo es pura música, y al ver él la carencia de música en el mundo, mundo (tiempo y espacio) que no eligió, afirmará que su existencia es un error, porque como ya lo dijo Nietzsche: "Sin música el mundo es un error". Para evitar el error, Ríos se construye a sí mismo, se surce de trapo y opta, una vez terminados sus estudios opta por vagar y vagabundea, pero no es un deambular con el cuerpo, sino con el pensamiento y por eso cambia el discurso de las cosas constantemente. Divaga e incomoda como una disonancia y "blooper" continuo: "Caprichos sintácticos con tácticas de ventrílocuo polifónico" se autodefinirá.
Su "Canto Épico" nos manda en un primer momento a la música, posteriormente a la poesía, palabra cantada, pero la totalidad de su obra nos manda a un tercer espacio, el de la novela ( música de ideas). La narración que nos presenta son sus recuerdos que se amontonan y salen, aparentemente sin ton ni son, y sin embargo hay un momento en que se reconoce que todo el escrito está hecho a conciencia y de lo que probablemente es una primera impresión, la sensación de que el personaje es esquizofrénico, se llega a la conclusión de que Giovanni no está loco, que es el mundo, una gran parte de la humanidad quien está perturbado. El cimiento que sostiene esta afirmación es que las grandes verdades del mundo han estado fundamentadas en una fe ciega en un simple juego de niños y por eso, hasta el momento todo lo que se ha dicho del mundo o de la vida han sido interpretaciones, interpretaciones de las interpretaciones y así ad infinitum como un "Teléfono descompuesto". La historia no se puede expresar, y cuando se expresa se hace de una manera descompuesta.
Se nos ha educado en la idea de que la humanidad está constreñida a un plan, un proyecto que todo mundo lleva a cabo, pero del cual nadie sabe concretamente en que consiste. Hace siglos se pensaba que Dios era el diseñador de ese plan, pero Dios murió y con él su proyecto. No hay plan, se vive en la utopía de la distopía. Una gran parte de la humanidad sigue interpretando su papel, se esmera, se maquilla, actúa y entrega su alma y su corazón a ese proyecto desconocido; El poeta del siglo XXI sugiere que la vida es una obra de teatro en la que se actúa, pero en la cual ya no hay director, ni público y donde la mayoría de los actores no son personajes, sino escenografía.
Una épica como género narrativo y heróico es lo que nos presenta Giovanni. Tenorio del tercer milenio, conquista mujeres (Ágatas, Catrina, Juventina, Jania, Maran, Morgana Sara, Xochitl…), héroe del fin de los tiempos, conquista su propia conciencia, conquista al mundo revelando el truco de la historia, conquista su propios recuerdos y los rehace. Al igual que Odiseo el poeta busca su ciudad, su Utopía, pero a diferencia del Aqueo, el de la Ciudad Giovanni sabe que la búsqueda de su ciudad, además de un pretexto para realizar un viaje, es un pretexto para la disonancia, porque la obra es una disonancia en la literatura y Giovanni una disonancia para los poetas. ¿Épica del absurdo?
En las cinco partes de su historia, con un caudal de imágenes, metáforas e ideas narra su nacimiento, niñez, juventud y confusión; su vagabundeo; la conquista de sus musas, la síncopa, el descubrimiento de las cualidades de su existencia, que alguien juega con su percepción y su dormir, ¿o despertar? Plagado de referencias musicales y literarias (Stravinsky, ¿Mussorgsky?, Smetana Rabelais, Sade, Nietszche, Cervantes) Giovanni Río nos lleva súbitos a contemplar un mundo imposible, multidimencional donde lo racional y lo irracional se mezclan tumultuosos; nos deja circunscritos en su realidad sí irreal, pero más real que nuestra cotidianidad. En el "Canto Épico" de Giovanni Ríos entramos al campo de las paradojas donde el autor es el personaje y el personaje hace al autor; donde la obra es el poeta y el personaje o el escritor, donde el personaje poeta se construye escribe y describe para alguien desconocido, porque como bien se dice en la obra: "Amar es entregarse a un desconocido."

Los extraños

Allá lejos, en el horizonte, como serpiente metálica, un tornado se acerca y deshace todo a su paso, como si contuviera millones de navajas de rasurar. Beefheart y Janis observan el fenómeno desde la habitación de Jim, su hijo, en la parte alta de su casa; habitación que no tiene gran parte del techo, ni la pared de enfrente ni la de la derecha, que está en ruinas como si hubiera sido derrumbada muy recientemente. Ambos observan la escena y se miran, ambos están de acuerdo, deben salir de ahí, se dirigen a la puerta y entran a la casa.
Abajo suena música alegre, repetitiva pero agradable, bajan y encuentran que en la sala hay una reunión de amigos, algunos juegan, otros platican, otros bailan. Jim su hijo, charla alegremente con Lucy. Pasan cerca de él, lo ven con mucha seriedad, pero no le dicen nada y salen de la casa. Como todo el día ha estado nevando, la calle está obstaculizada por la nieve, así que toman unas palas y se disponen a limpiar la calle, pues esperan que en cualquier momento arribe la abuela de Jim.
Jim y Lucy conversan cautivados. Ella le dice que quiere estar a solas con él, el muchacho propone ir a su cuarto, la joven sonriente acepta y se adelanta a subir. Arriba el ambiente es más tranquilo. Jim encuentra a Lucy recargada en una pared, aunque con una postura extraña, una mano en la cabeza y otra en la garganta. En eso, se escucha el chirriar de la puerta de la habitación. La puerta se abre y de ella surge su abuela. –Abuela, ¿qué haces aquí, a qué hora llegaste? -dice Jim. La abuela, con cara de cartón lo mira, pero no le contesta nada. Puesto que ya no puede estar ya a solas con su novia, le dice a su abuela que va a avisar a sus padres de su llegada; toma de la mano a la chica, que de pronto la siente fría y sin fuerza, y se dirigen nuevamente a la planta baja. En la sala él dice en voz alta que la fiesta ha terminado. Los invitados se retiran poco a poco y después, cuando ya todos se han ido, los novios se sientan en el sofá. Ella, que en verdad parece enferma, débil y sin voluntad, continua con esa rara postura. Él le separa las manos de la cara y garganta para ver cual es la causa de su malestar y descubre que tiene un pequeño tubo insertado a la altura de la clavícula, seguramente en la arteria aorta. Por el pequeño artefacto circula un trasparente y amarillento plasma sanguíneo. Ahora bien, es tal la confusión de Jim que sólo atina a llorar y llenar de besos acuosos a su amada, le quita la blusa para verificar bien la situación y ve como el tubo que surge a la altura de la clavícula, conecta a la parte derecha del vientre, "seguramente a la vena cava inferior", intuye Jim.
En eso, sus padres, Beefheart y Janis, entran a la casa penosamente. Jim mira el aspecto de sus rostros agotados, húmedos y acartonados, y le viene el reciente recuerdo de la cara de su abuela. Ellos lo miran intensamente, él se da cuenta de la situación y de inmediato intenta cubrir a Lucy con su blusa, pero ellos con un gesto le dicen que no lo haga, y antes de que el muchacho lo advierta, ya están a lado de la chica conectando una especie de válvula a la pequeña manguera donde circula el plasma y luego, lenta y alternadamente succionan poco a poco la sustancia. En segundos, sus rostros comienzan a recobrar la frescura que les caracteriza. El muchacho no sabe que pasa, está confundido y su visión comienza a nublarse. Beefheart y Janis lo toman de los brazos y lo conducen a arriba, a su cuarto. El joven siente que sus piernas se derriten y casi no es capaz de sostenerse de pie. Ellos lo dejan junto a la puerta de su cuarto, donde está la abuela, al parecer esperándolos como estatua imponente, mientras van por Lucy.
Una vez frente a la abuela, esta levanta mecánicamente la mano izquierda y lo sostiene. ël se siente ajeno a su cuerpo, ve los ojos de la anciana y descubre que en ellos circula el universo. Cuando sus padres llegan con su novia, el muchacho piensa: "No, a ella no le hagan daño." Pero ellos simplemente se limitan a colocar a la muchacha muy cerca de donde él está y se retiran un poco. La abuela dispara miradas, del cuerpo de Lucy a los ojos de Jim, sus ojos universales parecen devorarlo y a la vez le sugieren libar el alma de su novia, pero él no podría hacer eso. No, no podría dañarla porque la ama, y de todos modos ya no tiene fuerzas para hacerlo.
Beefheart y Janis se dirigen a la puerta de su cuarto. Incrédulo percibe como "ellos", los que creía sus padres, se quitan la ropa, el cabello, la piel, se deshacen de sus fundas y quedan convertidos en algo así como sombras en tercera dimensión, como masas de obsidiana líquida, que ahora amorfas, abren una puerta de la que se desprende luminosidad y viento tibio, la penetran y desaparecen.
La ya mirada borrosa de Jim se posa finalmente en Lucy. ¡Ah! La ama tanto que no le importa dar su vida por ella. En ese momento la abuela, existencia infinita, lo deja caer y se dirige a Lucy, de un tirón arranca el tubo de plasma; la joven despierta de su letargo, ve al monstruo, da un aterrador grito y baja corriendo por las escaleras.
Con el artefacto entre sus manos, trabajosamente, "La abuela" se dirige a Jim que está desarticulado, lo levanta y le incrusta el pequeño tubo en la yugular. Él ya no siente dolor, sabe que su amada está con vida y eso le hace sentirse en paz. La abuela agita el tubo para que el plasma de ella penetre en el cuerpo de él, luego lo atrae de un brazo hacia la puerta por donde escurren luz y aire cálido, a la vez que se va desprendiendo de su disfraz hasta quedar también con la apariencia de sombra líquida. Él siente como es jalado por esa aberración de obsidiana a la puerta de su cuarto, ve como al penetrar por el umbral, primero sus dedos y luego su brazo, van desapareciendo, entonces parpadea y todo se ilumina. Cuando abre nuevamente los ojos, frente a él aparece una escena: en el horizonte se ven volando y ondulantes como serpientes metálicas, cuatro tornados que se acercan deshaciendo todo a su paso, como si contuvieran navajas de rasurar. Jim voltea y ve como todo se oscurece a su espalda, percibe que en la medida que en frente es más nítida la imagen de los tornados, su cuerpo paulatinamente se desintegra y desaparece hasta quedar convertido en pensamiento, en pensamiento inmerso en otros pensamientos.

El canto de Odiseo

Penélope siente orgullo al saber que Odiseo va a luchar como todo un héroe, sin embargo no querría jamás que en su viaje Odiseo se encuentre con las Sirenas, porque lo seducirán, lo llevarían a la perdición y seguramente ya no regresaría a casa. Pero Odiseo, que además de intépido es sumamente inteligente, va a la guerra. Después de ganar sucede lo inevitable. La historia cuenta que ya de regreso de esa guerra contra los troyanos, antes de pasar por la isla de las Sirenas, Odiseo manda a todos sus hombres a taparse los oídos con cera, a la vez de que también ordena que a él lo aten al mástil, (sin cera en los oídos). De acuerdo con esto Odiseo sería uno de los pocos mortales que han escuchado el canto de las Sirenas y ha vivido para contarlo. No obstante lo que dice el mito, Franz Kafka hace una variación con su relato "El silencio de las Sirenas". En él menciona que hay algo más terrible que el canto de las Sirenas: su silencio, el no canto, la no respuesta. El silencio de las Sirenas es su desprecio por Odiseo. Sin embargo, Odiseo, con su mirada puede hacer creer cualquier cosa a las Sirenas. Se deleita viéndolas lascivamente; inaugura el placer perverso del voyeur y en ese mirar queda preso, no las ve con los ojos de su rostro sino con su pensamiento; borra a las sirenas de la realidad y las convierte en imaginación y en ella todo sucede. Se dice que Ulises era muy inteligente "que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno." Algunos saben que el canto es más hermoso cuando el silencio también es interpretado. Pero, ¿y qué esperan las Sirenas de Odiseo?: Esperan que cante.

Perlar fotografías. Comentarios sobre el texto de Adrián Volt Saenz "Alguna sociedad excitada".

No es lo mismo excitar que extasiar. Excitar es provocar o estimular un sentimiento o pasión; el éxtasis un estado de máxima plenitud, lucidez y unidad del sentir y el pensar. La comparación de ambos términos surge a raíz de la lectura del poemario "Alguna sociedad excitada" (Cuadernos Existir 11, Tijuana B. C. 2008) ópera prima del poeta Adrián Volt Saénz, y es que la sociedad que habitamos, donde se nos estimula y respondemos (respondemos a la publicidad, a las leyes, a los roles, etc.) es en definitiva, una sociedad excitada, salida de si, deshumanizada y cuyo fin primordial es el éxtasis, convertirse en otro, convertirse en pensamiento en máquinas o dioses.
Vicente Huidobro, en su "arte poética" dice que "el poeta es un pequeño dios… inventa nuevos mundos y cuida de su palabra". El Autor de "Alguna sociedad excitada" asumió ese papel del poeta huidobriano y creó su utopía, su mundo feliz. Así que "Alguna sociedad excitada" - el libro- es tal vez una sociedad como esta, la nuestra, o a la mejor una realidad paralela a nuestras vivencias cotidianas en Tijuana, y que sin embargo esa realidad, aunque está muchos no la vemos porque sólo es visible a los ojos del poeta y por eso los poemas, que son el mundo y la circunstancia del poeta, nos parecen tan familiares y tan lejanos a la vez. ¿Y quién es el poeta que se describe en "Una sociedad excitada"? Un poeta extasiado que salió de esta realidad y se instaló en otra y describió aquella realidad o que desde allá describe ésta, o que tal vez puede ir y venir a esa otra realidad libremente -sin necesidad de visa- o por qué no, el autor de la obra es una máquina, un fantasma que recorre las calles de la ciudad y con una lógica diferente nos muestra las interpretaciones de sus vivencias.
El poemario conecta con Arthur Rimbaud y Phillip Glass. Conecta con Raimbaud en la cuestión de las "Iluminaciones". La iluminación, (por cierto que la iluminación está emparentada con el éxtasis) ese idea budista, instante breve y espontaneo en el que el velo de la realidad, que no es más que ilusoria, queda hecho trizas y otra realidad, la realidad de la realidad, queda desnuda ante los ojos de iluminado. Nuestro poeta tiene iluminaciones, pero en tiempos de escepticismo y tecnología exacerbada, no es un iluminado. En otro sentido conecta con Philip Glass, en lo maquinal de la música…Bueno, es difícil describir la música, sería más conveniente escucharla, sólo diré que Philip Glass es un representante de la música minimalista y que tiene una obra que se llama "The photographer" y que el autor de "Alguna sociedad excitada" tiene también la cualidad de ser fotógrafo, y que cada poema de éste libro es una iluminación o mejor dicho una fotografía, la iluminación fue previa al revelado e impresión fotográfica. El poemario es pues una serie de fotografías, visiones o iluminaciones que pudieran pasar en un recorrido por las calles de Tijuana o en el transcurso de toda una vida, claro que hay quienes jamás han tenido una iluminación, ni la tendrán… pero bueno, ya saben como tenerlas o cuando menos cual es el instrumento, la máquina ¡click! para conseguir esas iluminaciones en la actualidad.
Y ya que tocamos la idea de la máquina, quizás alguno de ustedes, ciudadanos y por lo tanto políticos -según aristóteles-, recuerde que en la segunda mitad del siglo XIX Engels publica un pequeña ensayo llamado "El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre" en donde menciona que la mano jugó un papel fundamental en aquella transformación. Pues bien en este trabajo poético de Adrián, se retoma esa idea de la mano y sugiere que con la evolución de la mano –la mano trabajadora- el mono no se transformó en hombre, sino en máquina… Para él, el humano es una máquina. ¿Y cómo se comunican las máquinas? No hay comunicación. Dice el poeta: "…no he/ conseguido reparar la máquina,/ un corazón, la ceguera vieja/ de mis hermanos…" La mano trabajadora, sanadora y reparadora se pierde en la identidad, en su pulsión siempre estable donde tener todo es igual a no tener nada.
La presencia de la máquina en "Alguna sociedad excitada" es evidente en diversos niveles: Primeramente en la forma del texto: en los títulos y sus acotaciones, en la repetición incesante de los paréntesis, en el uso de los dos puntos, en las aparentes definiciones de cosas y en el contenido donde hay máquina de todo tipo: ¿Máquinas tragamonedas? ¿Máquinas admirando estrellas?
Si hay algo que me agrada de la poesía contemporánea es su repudio a la lógica tradicional, y si debo decir que me agradan estos poemas es por su rompimiento con esta lógica, por el juego entre la seriedad y la befa. Y es que desde los títulos –del libro y de cada poema- se percibe una utilización lúdica del juego de contrarios ( incluyendo el lenguaje de "chat" con todo y las "happy faces" que están en casi todos los poemas) por ejemplo los títulos: (el Pobre (reflexivo y prudente):) ¿Hay pobres reflexivos y prudentes? (el Vecino (de enfrente poetizador):) ¿Nuestros vecinos poetizan?. "Alguna sociedad excitada" es un espacio habitado por paradojas y retos mentales. Los poemas nos muestran conflictos, contradicciones, guerras eternas y sin embargo nunca realizadas, oximorones. Es como si el poeta detuviera con su ojo fotográfico a los personajes y luego la plasmara en el papel. El conflicto, algo que de por si es acción detenido… dos peleadores en el preciso instante del golpe. El conflicto que está, pero no se mueve y que por lo mismo nunca termina.
Parte fundamental, para una de las comprensiones del poemario son los paréntesis. Todos los títulos -que son personajes de la obra- están entre paréntesis y parecen indicar que son los habitantes-personajes de esa "Alguna sociedad", además, en algunos casos los paréntesis dentro de los paréntesis indican el estado (con ironía algunas veces) de esos personajes es decir de su excitación. En otro sentido, ustedes saben que los paréntesis son signos de puntuación que se usan para separar o intercalar un texto dentro de otro, en el poemario representan una realidad insertada en otra realidad: La realidad que percibe el poeta y luego la realidad que vive el personaje en el poema.
En este libro hay poemas hacen referencia a otros, como en el caso de "El testigo" "el supervisor"y "El conciudadano", y hay una joya de la narrativa, una perla narrativa donde la sintaxis lógica- racional, pulida y de redondeces perfectas, es retorcida, irregular y rota. El libro es una perla. Es una perla de la narrativa, pero una narrativa esmerilada y retorcida por el poema; poema, a su vez, cincelado y fracturado por el verso, verso doblado y retorcido, por el uso del hipérbaton. Como ven, se trata pues un himno al Barroco. En otro sentido, hay desde mí muy particular punto de vista un requisito para ser poeta y este es cantarle a la muerte, porque el arte es la presencia "del otro mundo", es decir de la muerte, en este mundo. William Blake decía que: "si las ventanas de la percepción estuvieran limpias todas las cosas parecerían como infinitas". Para conocer lo infinito, lo que hay del otro lado de esas puertas de la percepción –quizás la muerte o la poesía- basta con abrir las puertas de la percepción y poetizar. ¿Cantarle a la muerte? Sí, los poetas le cantan a la muerte, y nuestro poeta lo hace - cantarle a la muerte aquí y ahora. Dice en algún poema: "… debo/ silbar a la muerte / para siempre linda canción./ Cúlpeseme a mí/ de lo consecuente; no estoy /ya enamorado de la vida…." En otro dice: "…también mueren quienes presencian la muerte del Otro." Y en otro más alude a que: "…la Muerte siempre concede al/ final de la tarde a todos una cálida/ Compensación y la entrega sin reparos."
Holderlin dijo: "poetizar la más inocente de todas las ocupaciones" Adrián Volt Saenz nos presenta el mundo de las los dioses-máquinas-mano-hombre en el cual las "casas y castillos de Basura" son "el mejor obsequio cívico" y entonces nos preguntamos ¿Será que las montañas, los árboles, los ríos y los mares son un obsequio que Dios a dado a los hombres, y que sin embargo para Dios, no se trata más que de basura? Quitémosle la moral a nuestra respuesta.

Psiconauta

Va una probadita de imágenes y música de ...et fonia.

Armando Duvalier

Van dos poemas de Armando Duvalier, poeta chiapaneco (1914-1989) . Duvalier es creador de un estilo vanguardiasta el "Alquimismo".'¿Cuál es esa alquimia poética? Se trata ni más ni menos que de la conjunción entre música e imagen entre la semántica y la fonética, entre la realidad y la metafísica cuyo resultado es sin lugar a dudas "La piedra Poetical", el fundamento y sustancia de toda poesía.
Los poemas son, primero "Canción Romántica", que lleva una dedicatoria: "Para Armandito Duvalier, autor de la cancioncilla "El Bica, la, la.". El segundo "La niña y la hipotenusa" que lleva la inscripción de "poema alquimista". Ambos poemas son de 1976 de una antología llamada "12 poetas chiapanecos".
Sin más van los poemas, ojalá y haya por ahí alguien que comparta algo más de este poeta.

Canción Romántica.

Lejos, allá desde un tumulto de perros disecados
los pájaros ardiendo en el otoño;
y aquí, en el fondo de un pozo con cuchillos,
un ángel sonámbulo de amor y carcomido,
la vio, la viola, el violoncello,
soñando entre sus manos…
.
En esta media tarde,
la Luna ladrándole a las calles. Yo, inmóvil,
como siempre hacia el verano.
¿Quién, amada, me ha visto
con ojos de adrede siempreviva
y ha dejado sus lágrimas colgando en la ventana?
.
¿Por qué con este corazón de vidrio
revolviéndose de cal y de tinieblas.
clavado contra un muro, grita?
Y un laúd se rasca con las uñas, lentamente,
doce pedazos de cristal amargo.
.
Vio, abí, de vio, abí, desde ahí;
tra lalá de bicá;
ay, de vio, abí, lalalá, tra la lá;
ay, ay, ay de bicá de vio abí…
.
¿Por qué aúllan, dime,
desde los negros parénquimas de lodo
los viejos cocodrilos ácido, podridos,
si es manca la química del llanto,
para quitarle la mugre a mi pañuelo?
.
Eres paloma azul sobre la lengua
soñando en la nostalgia del mar petrificado,
submarino de espinas en los ojos,
guirnalda de silencio entre las manos
y laurel derrumbado sobre el pecho.
.
Adoro tu sonrisa de navajas de oro
naciendo entre la ausencia paralítica,
y tus pétreos adjetivos vegetales
cuando estás bajo la sombra de clarines,
o bien, como las olas en cruz sobre la playa.
.
Do, re, mi, fa, sola y solitaria
llueve la noche en los balcones tristes…
¿Por qué no he de arrancarme los peces incendiados
si la rosa que es la más prostituta de las flores
se alza el vestido y ríe con los gendarmes?
.
Dos centímetros cúbicos de sombra
me clavan en el pecho sus cristales,
y yo, con mis veleros pintados de suspiros,
te sepulto en el rumbo diferente
al que tiene un color de golondrinas.
.
Voy a sellarme los labios con olvido
y a pegar en la arena las nubes con saliva,
tú, degüellas la tarde con palomas verdes
a los pies de tus ídolos ingratos.
¡Ándale, putilla marihuana, llora;
dale vueltas al manubrio del armonio y canta!
.
Ay, de vio, abí, de bicá,
lalalá;ay, ay, ay, de vio abí,
de bicá.
Lejos allá...
.
.
Armando Duvalier 1976

La niña y la hipotenusa

La niña llega al jardín;
sonríe y se pone a cantar con su lampiña hipotenusa.
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Niña aligera;hipotenusa cúbica;
niña líquida;
hipotenusa lúbrica;
niña híbrida;
hipotenusa acústica;
niña antípoda;
hipotenusa húngara;
niña logarítmica;
hipotenusa estúpida;
niña alquímica;
hipotenusa adultera.
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Niña de harina,
niña de vainilla,
niña de clorofila,
niña de brisa,
niña de anilina,
niña de trementina.
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Hipotenusa pipa,
hipotenusa calavera,
hipotenusa guitarra,
hipotenusa hidra,
hipotenusa, marmota jugando en el semáforo.
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La hipotenusa ordeña crepúsculos;
la hipotenusa tuesta bicicletas;
la hipotenusa prostituye equinoccios;
la hipotenusa suspira pistolas;
la hipotenusa fuma cangrejos;
la hipotenusa desayuna cometas.
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La niña es cítara con las vísveras auríferas;
la niña es cítara con su grímpola centrífuga;
la niña es cítara con síntomas de canícula;
la niña es cítara con recíprocas mandíbulas;
la niña es cítara con epístola cilíndrica;
la niña es cítara con sílabas en la aurícula;
la niña es cítara con su píldora en la elíptica.
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Hipotenusa cuneiforme,
hipotenusa hidráulica,
hipotenusa barragana,
hipotenusa al horno,
hipotenusa, güera oxigenada.
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Niña, mandolina vitrea;
hipotenusa, cucaracha de hielo;
niña, espiga violinista;
hipotenusa, begonia estilográfica;
niña, amatista anfibia;
hipotenusa, girándula cacareando;
niña, mandarina oblicua;
hipotenusa, ruleta con calcetines;
niña, esquila paralítica;
hipotenusa, ménsula por quien suspiro;
niña, marimba química.
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Hipotenusa de pólvora,
hipotenusa de cemento,
hipotenusa de plomo,
hipotenusa de invierno;
hipotenusa, harina carbonizada.
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La hipotenusa es musa de acústica puntiaguda;
la hipotenusa es musa de púrpura metalúrgica;
la hipotenusa es musa esdrújula que rebuzna;
la hipotenusa es musa que se embadurna la cornamusa;
la hipotenusa es musa con alcuza sin albúmina;
la hipotenusa es musa con música en la úlcera;
la hipotenusa es una búlgara merlusa pública;
la hipotenusa es musa brújula cuadrúpeda;
la hipotenusa es musa energúmena cuando copula.
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La niña infla sus prismas,
la niña lidia una anguila,
la niña cintila como cerilla,
la niña afila sus golondrinas,
la niña graniza sus clavellinas,
la niña ensilla una chilindrina,
la niña llovizna sus carabinas.
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La hipotenusa gruña,
la hipotenusa florece,
la hipotenusa almuerza,
la hipotenusa resopla,
la hipotenusa encanece,
la hipotenusa siembra,
la hipotenusa hierve,
la hipotenusa tose,
la hipotenusa embiste.
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Hipotenusa como cerradura;
hipotenusa como chimenea;
hipotenusa como ábaco;
hipotenusa como unicornio;
hipotenusa, telégrafo en calzoncillos.
La niña juega en el jardín;
la hipotenusa juega en el jardín;
la niña llovizna en el jardín;
la niña juega en el azufre;
la hipotenusa nieva en el jardín;
la hipotenusa juega en el aguarrás;
la niña llueve fonógrafos;
la hipotenusa atardece teléfonos.
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La hipotenusa es escopeta;
la hipotenusa es góndola;
la hipotenusa es termómetro;
la hipotenusa es orquesta;
la hipotenusa es flámula rezando en un burdel.
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La niña es risa de encendida parafina;
la niña es lila sin valija ni estampilla;
la niña es una oliva con astillas de morfina;
la niña es lira de neblina cuando gira;
la niña es sulfamida de floridas guillotinas;
la niña es mina de gramíneas de ambrosía.
La hipotenusa borracha empolla ferrocarriles;
la hipotenusa verde hilvana tortugas;
la hipotenusa epiléptica entierra hidrógeno;
la hipotenusa aristocrática vomita veranos;
la hipotenusa vidriada degüella trineos;
la hipotenusa renca amansa aviones con sueño;
la hipotenusa virtuosa resuella fonógrafos cojos;
la hipotenusa violeta calza pájaros de cobre;
la hipotenusa idiota tañe camellos adobados;
la hipotenusa dormida torea esponjas militares;
la hipotenusa manca exprime burros eléctricos.
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Envío
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Niña de la era atómica
un poeta alquimista te ha cantado como eres:
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rosa con espinas.
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Armando Duvalier 1976