Pasé toda la semana tomando agua de jamaica (al final ya sin azucar). Mastiqué el hielo acumulado en el cogelador (mezclado con el agua de jamaica). Me levanté casi diario a las cinco de la mañana. Toqué covers pops en un antro x de la plaza fiesta, hasta hartar al gerente que de plano suspendió el tokín del otro día. Anduve en el "flanecito"con la llantita de refacción toda la semana.Le parché una llanta de bicicleta a un vecinito, (luego llegó otro... y otro, hasta que me hartaron y tuve que decirles que cobraba diez pesos para que se fueran... luego regresaron con sus diez pesos). Me subí un camión a cantar, el chofer, pensando que cantaría una canción ranchera o norteña, se alegró, pero toqué una de mis rolas melancólicas en 7/4 y dejé al chofer y a los pasajeros con su estereotipo desencajado. Son pocos ejemplos que la necesidad me hizo pasar.